Con la llegada del calor, muchos españoles ya tienen la mente (y el bolsillo) en las vacaciones. Ya sea en la costa, en la montaña, en otro país o en el pueblo de toda la vida, lo cierto es que veranear puede suponer un gasto considerable para las familias. Entre el alojamiento, los desplazamientos, las comidas y los imprevistos, el presupuesto puede desbordarse rápidamente.

Para que eso no ocurra, hemos reunido 10 formas prácticas de ahorrar dinero durante las vacaciones de verano, combinando estrategias para antes, durante y después del viaje. Porque disfrutar no tiene por qué significar gastar de más.

1. Establece un presupuesto realista

Antes de reservar nada, define cuánto puedes gastar y en qué conceptos: transporte, alojamiento, comidas, actividades, compras y un fondo para emergencias. Cuanto más realista y detallado sea el presupuesto, más fácil será mantenerlo bajo control.

2. Planifica con antelación y compara precios

Reservar con anticipación suele ser sinónimo de mejores precios. Utiliza comparadores de vuelos, trenes y alojamientos, y busca promociones o descuentos por compra anticipada. Recuerda también revisar las políticas de cancelación.

3. Viaja en temporada baja (si puedes)

Si tienes flexibilidad, evita las semanas de mayor demanda. En temporada baja, los vuelos y alojamientos pueden costar hasta un 50 % menos, y disfrutarás de destinos más tranquilos.

4. Comparte gastos viajando en grupo

Vacacionar en familia o con amigos no solo es divertido, también más económico. Al compartir el alojamiento, el coche o incluso las comidas, el ahorro es considerable.

5. Lleva un control de tus gastos

Anotar lo que vas gastando cada día ayuda a no sobrepasar el presupuesto. Además, evita sorpresas al volver a casa. Hoy en día hay muchas apps gratuitas para gestionar los gastos del viaje.

6. Haz una lista antes de ir de compras

Antes de comprar artículos para la playa o la montaña, haz una lista con lo que realmente necesitas. Así evitarás compras innecesarias y caprichos de última hora.

7. Reutiliza lo que ya tienes

¿Sombrillas, sillas, juguetes, neveras? Antes de comprar nuevo, revisa si puedes reutilizar lo de años anteriores. Muchas veces almacenamos cosas sin recordarlo.

8. Evita tiendas y mercadillos de playa

Son irresistibles, pero también son lugares donde es fácil gastar por impulso. Si no lo necesitas, mejor no lo compres. Y si lo necesitas, busca otras alternativas más económicas.

9. Compra protector solar de marca blanca

Uno de los imprescindibles del verano, sobre todo para familias numerosas. Las marcas blancas ofrecen la misma protección, pero a un precio mucho menor. Asegúrate de que tenga al menos FPS 50.

10. Cocina en lugar de comer fuera todos los días

Comer fuera en vacaciones es un placer, pero también un gasto constante. Alternar con comidas preparadas en casa o llevar bocadillos para excursiones es una forma fácil de reducir gastos sin renunciar al disfrute.



El verano no tiene por qué convertirse en un agujero negro para tu economía. Con un poco de planificación, sentido común y control de gastos, puedes disfrutar al máximo de tus vacaciones sin que tu bolsillo sufra. Recuerda: ahorrar no es renunciar, es decidir mejor.